lunes, 28 de mayo de 2012

Nuestra historia: Capítulo 10º


De estos valiosos documentos y de otros que se apuntarán, podemos deducir lo terribles que debieron ser aquellos años para este pueblo; pueblo que contribuyó con más de 400 hombres a la revolución de 1808; pueblo que de tener más de 4.000 habitantes a comienzos de la guerra, quedó reducido a poco más de 1.000 en enero de 1812, además de no tener quien dirigiese la vida pública por la huida de sus Capitulares a Portugal; pueblo que, por citar un dato, poseía veintitrés molinos harineros al comienzo de la contienda, contando en 1814 con sólo diez( y casi derruidos, destruidos los restantes por el  invasor).
Reconquistado el pueblo en 1.812 por las tropas del Quinto Ejército Español, no por ello acabó el martirio y sacrificio de esta villa y sus vecinos, que se vieron obligados a mantener a las tropas que diariamente pasaban por él.
Para reunir fondos hubo que echar mano a los pocos bienes que quedaban. Así en febrero se dispuso la venta del arbolado de encina que existía en los cercados pertenecientes a la Dehesa Concejil.
Igualmente, con el mismo fin, y tras haberse consumidos los fondos públicos, los nuevos capitulases se vieron en la perentoria necesidad de vender el fruto de bellota de la Dehesa por un periodo de cinco años. Se le dio un valor anual de 3000 reales y se hicieron dieciséis suertes o lotes.
Los quince mil reales se dedicaron a satisfacer las panaderas pobres y otras personas que hubiesen dado al Cabildo especies de víveres para el socorro de las tropas, sobre todo a las más indigentes, a las que se pagaría primero en el caso de no haber bastante para cubrir las deudas.
Esto ocurría el 11 de junio y al día siguiente se nombraba la “Junta de Subsistencia”, compuesta por seis individuos de toda probidad y confianza que se encargarían de repartir los suministros a las tropas y de satisfacer las deudas de sus vecinos.
El 5 de noviembre se recibe una Real Cédula de su Majestad y Señores del Consejo mandando que se celebre cada año el aniversario del 2 de mayo.
A partir de esta fecha el Ayuntamiento recibe el nombre de Ayuntamiento Constitucional. Su primer Alcalde fue Don Ildefonso García Pego
                                                                              (Textos de D. Miguel Gómez Gónzales)

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