lunes, 7 de mayo de 2012

Nuestra historia: Capítulo 8º



Mientras, el ejército francés seguía bajando hacia Ayamonte siguiendo el curso del Guadiana. 

En el mes de junio la Suprema Junta de Gobierno del Reino de Sevilla procede al alistamiento, ante el peligro de una tropa de cinco mil franceses que se acercaban a la zona fronteriza de Portugal.

En Castillejos el alistamiento se llevó a cabo el 3 de junio, reuniéndose un total de 699 hombres, entre solteros y casados, que se aprestaron a la defensa de su pueblo, ante el inminente peligro que se cernía sobre él. (....)

El pueblo, pues, se aprestaba a defender sus libertades. El 24 de septiembre se creaba la ""Junta Central Suprema y gubernativa del Reino"", que regiría los destinos de España hasta la vuelta del Rey. (...)
Pocas, pero importantes, son las noticias habidas de los años cruciales de la guerra, entre 1.809 y 1.811, sobre todo los dos últimos.
La vida municipal queda paralizada durante el conflicto. Podemos conocer lo ocurrido en este pueblo durante esos difíciles años por escritos aparecidos una vez acabada la guerra, en los años 1.813 y 1.814. En ellos se refleja el estado calamitoso en que quedó esta villa y su contribución humana y material al triunfo sobre el invasor.
Esta es la carta dirigida el 16 de mayo de 1813 al Intendente General de los Ejércitos y Reinos de Andalucía:

""El Ayuntamiento Constitucional de la villa de Villanueva de los Castillejos, con el debido respeto ante V.S. dice que con motivo de haber sido esta villa Cuartel de Nuestras Tropas treinta y dos meses continuados, habérsele hecho teatro de la guerra entrándole a fuego ferozmente el enemigo francés diecisiete ocasiones, presentándole ataques de mucha sangre en sus ejidos y calles, prendiéndole fuego a todos sus molinos, llevándose los ganados, único interés de esta tierra, ser ella de calidad de tierra estéril y secana, sin labores ni cosecha y haber emigrado y transmigrado a las breñas del Guadiana y Reino de Portugal el vecindario, ha quedado este pueblo en la mayor miseria, pobreza y dolorosa indigencia, faltándole muchos habitantes, sus habitaciones derruidas y quemadas y reducidos sus bienes a menos de la décima parte que antes de la guerra tenían, de aquí el no tener y carecer de todos granos para sus preciosos diarios alimentos y de consiguiente hallarse en una absoluta y física imposibilidad de pagar por ahora la contribución de ciento cincuenta y nueve fanegas de trigo y cien de cebada que se han repartido y para que se le estrecha, cuya carga por enorme según sus fuerzas actuales reclama....""
                                             (Recopilación de hechos de D. Miguel Gómez Gónzalez)

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