La exuberancia con que crecen las plantas debe ser por gozar de un clima muy especial, teniendo en cuenta que nos encontramos en el Sur de la península ibérica donde las temperaturas, en la mayor parte de la región, en verano suelen ser de "freírse vivos..""
El Atlántico más los tres pantanos que nos rodean dan por la noche ese toque de humedad que hace que las temperaturas nocturnas bajen y den un respiro al reino vegetal que se asienta en estas tierras.
La brisa nocturna es fresquita en los tórridos meses del estío permitiéndonos el descanso, excepto en contadas ocasiones que el calor no nos deja dormir...
En invierno esta misma circunstancia hace que el clima sea suave y no tengamos días de frío extremo.
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