martes, 28 de agosto de 2012

- Nuestro entorno: Mi casa y un trocito de mi historia.

He hablado del origen del pueblo, pero no del mío, no tan importante pero un recuerdo para mis hijos y nietos..

Nací en la calle Gibraleón y  lo más significativo de este hecho,  es que era una noche de tormenta  y ni estaba el médico, ni había luz. Siendo como soy algo terca, eso no fue impedimento para que me saliera con la mía, según cuenta la leyenda (mi madre)con un ligero reproche y una sonrisa...
En las paredes de esta casa se desarrolló la mejor parte de mi infancia . En esos balcones de rejas jugaba con las muñecas recortables en las tarde soñolientas del verano, cuando no nos dejaban salir a medio día por el calor.  Me refugiaba de alguna amiga si había habido pelea y desde la altura, cual almena fortificada, podía dirigirles improperios, con el consiguiente castigo por parte de la Señora del Castillo.. que no gustaba de actitudes beligerantes por parte de sus hijas.
Os quiero  mostrar,   que es lo que quería hacer desde el principio, los hermosos baldosines portugueses que adornan muchas de nuestras casas. Estos son los originales de cuando se construyo la vivienda. Son los que recuerdo de mi niñez y que siguen formando parte de mi historia..

En estas escaleras, por las que rodé alguna vez, debido a la impaciencia más que nada, mis amigas y yo nos sentábamos a contarnos la película que habíamos visto o a inventar historias, si era posible cuanto más de miedo y con más cosas que se movieran solas, mejor... Después de la sesión de cuentos para no dormir, cuando la tarde se hacía noche, subir esas escaleras y entrar en casa hasta el fondo donde se encontraba mamá (antes los interruptores de la luz no estaban al alcance de los niños, se ahorraba bastante...), eso... era otra historia...

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